Causas y Recursos

¿Cuales son las causas de la psicopatía? 

Las causas de este desorden sociopático han sido reducidas a varios factores a través de la investigación. Se cree que una de las principales causas del comportamiento sociopático son anormalidades neurológicas, principalmente en el lóbulo frontal del cerebro. Esta área también se relaciona con el condicionamiento del miedo. La actividad anormal anatómica o química dentro de esta área del cerebro puede ser causada por un crecimiento anormal (posiblemente genético), una enfermedad cerebral, o alguna lesión. Esta teoría ha sido sostenida por muchas investigaciones usando la tomografía por emisión de positrones (TEP) que muestra de manera visual la actividad metabólica de las neuronas dentro del cerebro (Sabbatini, 1998).
Se sabe desde hace ya bastante tiempo que las amígdalas, dos regiones pequeñas ubicadas cerca de la base del cerebro, afectan a la agresión, la sexualidad y la imprudencia. Recientemente, también han demostrado afectar a la manera en que la gente interpreta las emociones de otras personas. Un daño sutil en las amígdalas puede explicar muchas de las características de los psicópatas - incluyendo la dificultad de comunicar emocionalmente con ellos. Puede ser que simplemente no puedan "ver" emociones en los otros.

El cerebro reptiliano y la ausencia de emoción

El llamado cerebro repitiliano o tercer cerebro es la zona más primitiva del cerebro humano que consiste en una elaboración bulbosa de la médula espinal y contiene los centros vitales de control y neuronas que provocan la respiración o el latido del corazón y un centro de alarma ante ruidos o movimientos que puedan denotar peligro. Es la parte del cerebro que sigue funcionado en las personas clínicamente muertas, y su participación en la vida emocional es muy escasa.

En el psicópata, mientras que el lóbulo prefrontal  y la amígdala (cerebro lógico y emocional) presentan problemas, el llamado cerebro reptiliano mantiene su funcionamiento intacto. Los reptiles no tienen ningún tipo de vida emocional, ni interactúan con sus camadas como ocurre con el resto de los mamíferos. No pueden almacenar alimentos, porque no tienen la capacidad de proyectarse hacia el futuro.

Al igual que los reptiles, el psicópata no muestra ansiedad o preocupación por el futuro porque están muy orientados en lo que desean ahora. También comparten su incapacidad para tener relaciones sociales genuinas, con una sentida expresión emocional, falta de empatía y falta de vínculos afectivos.

Sobre la base de su experiencia clínica, el Dr. Meloy, establece también otra relación con los reptiles basada en la “mirada del psicópata”. Constata la “ausencia de emoción percibida en sus ojos”, una mirada que provoca en quien la observa “una respuesta primitiva, fisiológica, temerosa frente a un depredador”.  La mirada del psicópata revela el fracaso de la comunicación plena humana. La persona que se comunica con él percibe que hay un nivel que no puede traspasar. Podemos ver odio, indiferencia o sarcasmo, pero la sensación final, el residuo que nos deja cuando terminamos de estar con él es el de que la comunicación real entre dos seres humanos ha fracasado.

¿Qué podemos hacer frente a un psicópata?

Cómo detectar y evitar a un psicópata 2ª parte

“Como mínimo, en la vida ordinaria del sujeto corriente, el psicópata le conduce a la desesperación, a la depresión y el caos, porque no hay mayor amenaza para quien aspira a querer y ser querido, a hacer un trabajo útil y vivir en paz, que relacionarse con alguien que, simulando querer lo mismo, pretende en verdad dominarle, sojuzgarle en sus actos y voluntad, al tiempo que él se convierte, ante la mirada atónita de su víctima, en el perdedor y en quien sufre de veras” (“Cara a cara con el psicópata” Vicente Garrido Genovés)

Ya que una de sus principales características es el ocultamiento y la simulación, tienen la capacidad de fingir lo que no son, de aparentar propósitos y emociones que no poseen. El psicópata es un camaleón humano, tal y como yo misma le dije al psicópata del que me enamoré, como fruto impulsivo de mi intuición, cuando aún no había llegado a soñar el tipo de persona con la que me estaba relacionando.

Puede aparentar ser un amante abnegado, un padre responsable o un amigo leal, y esta capacidad es tanto más sobresaliente cuanto más integrado esté el psicópata entre nosotros.

Es absolutamene imposible no caer en su trama y al caer, es imposible salir indemne de ella. Sólo el conocimiento de este desorden psicológico y la correcta identificación estos sujetos pueden librarnos de poner nuestra vida patas arriba. Aún reconociéndolo antes del desastre total, sus víctimas quedaremos afectadas durante mucho tiempo, porque es un artista maquiavélico de la manipulación y un gran conocedor del medio en el que se mueve. Sus ataques nunca serán frontales, lo que te impide defedenderte, sino sutiles, inadvertidos, pero cargados de una profundidad con efectos desgarradores. La relación con un psicópata, sume a su víctima en un mar de confusión y baja autoestima y es por ello, que lo mas adecuado es poner distancia cuanto antes.

 

El problema es que, evidentemente, elije a sus víctimas cuidadosamente, y dentro de su estrategia, la propia víctima, asumiendo un cambio de rol, termina sintiendo la necesidad de salvarle de sí mismo, y eso te impide poner distancia, porque sientes una cierta obligación moral para con tu verdugo. 

 

Si finalmente, usted deja al psicópata, rece porque sea de los que no hagan ningún ruido. Es posible que solo se conforme con destruir su reputación con mentiras, esa será su último intento por ejercer el control sobre su víctima.

Aun así y aún arriesgo de todo es preferible poner distancia de por medio. De un psicópata no se pueden esperar respuestas normales a nuestros razonamientos porque no tienen remordimientos, ni sentido de culpa, ni empatía, ni conciencia del daño que hacen. Por tanto no podemos intentar salvarlos.  

 

Ante cualquier reproche los psicópatas siempre negarán, trivializarán el asunto, y en cualquier caso nunca darán la respuesta que esperamos. Si se ven acorralados se las ingeniarán para darle la vuelta al tema y hacernos sentir culpables.

 

Parecen estar siempre viviendo en el presente, aunque son los mejores fabricantes de promesas que más pronto que tarde, se verán incumplidas.

 

Los psicópatas no cambian. Así que es mejor no gastar el tiempo tratando de ayudarlos o de cambiarlos. Cualquier ayuda que intentemos ofrecerle siempre será pagada con traición.

 

Algunos psicópatas intentan remarcar algunas características de su personalidad (soy un idiota, soy un villano, no merezco nada, etc) y eso puede ser tentador para aquellas víctimas que sienten la necesidad de salvar a otras personas, incapaces de ver la verdad que tienen ante sus ojos. Finalmente quedan también enredados y afectados por este tipo de personas. Sin embargo, a pesar de su puesta en escena, los psicópatas eligen comportarse de ese modo.

 

Las secuelas de interactuar con estos individuos y el proceso de recuperación puede ser un “proceso largo, lento y doloroso”. Pero hay que recordar que cada víctima no es más que una pieza de la larga lista de personas que han sido y serán dañadas por este tipo de personas.

 

El psicópata actúa así durante toda su vida, pero en la mayoría de los casos pasan los últimos años de su vida solos.